jueves, 8 de octubre de 2009

José Viera - (1904-1983)

José Viera fue un hombre de buena presencia, cariñoso con los niños, buen nadador, aficionado a la pesca y dependiente de sus hermanas ya que fue el único varón de la familia.

Desde joven le gustaba cantar tango, ya sea en los tablados o para los turistas que visitaban nuestra ciudad.

Debido a esa pasión por el tango, es que José usaba ropas al estilo de Gardel, sombreros, zapatos negro y blancos de charol, resaltando su aspecto de buen mozo.

En sus mejores años  trabajó embarcado y también se enamoró de una mujer, con la cual vivió su primer desengaño amoroso. Sus familiares más cercanos afirman que luego de dicho desengaño  tuvo un cambio radical en su personalidad y apariencia. Su buen aspecto lo suplantó por prendas más cotidianas  y menos elegantes.


Comenzó a deambular por toda las zonas de nuestra ciudad, desde el Real de San Carlos a la Punta de San Pedro, Ferrando, entre otros.

“Él creó un lenguaje único y propio”: recordaba Juan Carlos Montiel sobre su tío abuelo. Hablaba con el “za” delante de cada frase, hábito que lo caracterizó y le daba un toque de gracia.

Juan Carlos Montiel  y su esposa Maria del Carmen Aquino nos contaron algunas anécdotas  de José Viera:

Como ya mencionamos, a José le gustaba mucho ir de pesca, una tarde invitó a Juan Carlos al muelle. Cuando se encontraban pescando se levantó un fuerte temporal, con mucho viento y lluvia, José le pregunta a su acompañante: “Zacarlito sabes rezar”, respondiendo este que no, el pícaro José le contesto: “Santa Bárbara bendita se te ve la panza clarita”, frase que causó mucha gracia en su familiar, los cuales terminaron ese día de pesca insólitamente con sol.

Otra historia de José un tanto cómica es que… un día  mientras nuestro personaje  recorría las calles se encontró con una pistola de juguete, cuando este  caminaba por la ruta un auto con una pareja  Argentina le preguntaron si el camino por el cual venían era el correcto, José saco su pistola de juguete diciendo: “arriba las manos”, lo que hizo que la pobre mujer que viajaba en el auto, del susto se desmayara.

Por la simpatía de José muchas veces lo invitaban a comer pollo, pero este era algo impuntual y siempre llegaba tarde, motivo por el cual le dejaban solo las alas  del pollo, José rezongaba y decía: “Zajosé se va ir pal cielo, porque zajosé solo como las zalitas”.

Todas estas anécdotas, entre muchas más muestran la picardía y mañas que José Viera tenia día a día, la gente de Colonia lo veía siempre andando por las calles y con su alegría se ganó el respeto de todos.

Un 6 de junio de 1983, día de la primer helada de invierno,  José paso por la casa de sus familiares los cuales le preguntaron si  necesitaba comida o fósforos para preparar el fuego, José acepto con que le den para hacer el fuego, pues él sabía esa sería última helada…











4 comentarios:

  1. Lo tengo muy presente y lo recuerdo con el afecto de verlo pasar durante tantos años..todo un personaje...no conocía su historia..!!!

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  2. Personaje de nuestra querida colonia,lo recuerdo perfectamente pero conocía poco su historia!

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  3. Yo era chica... Iba de vacaciones para colonia y cuando lo veia salia corriendo porque me daba miedo... Aunque me decian q era bueno...

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